Ha pasado mucho tiempo -más de un año- desde la última publicación que redacté para vosotros. En ese largo período han sucedido muchas cosas, tantísimas, que no me puedo detener en numerarlas. Se han suspendido besamanos, procesiones extraordinarias, cultos extraordinarios, y también la Semana Santa, por segundo año consecutivo.
Resulta extraño salir a la calle y no ver pasos y nazarenos. Pero al menos, podemos ir a visitar a nuestras sagradas imágenes en sus respectivos templos. Cosa que el año pasado era imposible.
Ahora, que la Semana Santa 2021 avanza entre nosotros, es imposible no pensar en el año próximo. Ojalá todo esto del Covid19 haya pasado y podamos disfrutar de una Semana Santa plena, como muchas de las que hemos vivido desde que tenemos uso de razón.
Este año, como novedad, se han instalado altares extraordinarios y algunas imágenes han sido colocadas en sus pasos, para ser veneradas por los fieles, que deben guardar la distancia entre unos y otros, no tocar nada, y enjuagarse con gel desinfectante.
Desde que llegó el virus a nuestras vidas hemos cambiado nuestra forma de comportarnos, y también ha cambiado la Semana Santa. La nueva Semana Santa de la era Covid19, que deseamos que termine ya y de paso a la que de verdad ansiamos.
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